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La importancia de la banca local en el financiamiento de proyectos de mitigación de cambio climático

Por Daniel Magallón
Moderador de la Comunidad de Práctica de Instituciones Financieras de la Plataforma Finanzas Carbono

Existe un amplio consenso sobre que la actividad del hombre esta provocando un cambio climático de carácter antropogénico, que no sigue patrones o ciclos de carácter natural. La actividad humana –la industria, el transporte, los grandes cultivos y ganado, entre otras– emite grandes cantidades de gases efecto invernadero a la atmósfera, que están afectando de manera significativa el clima de nuestro planeta, los ecosistemas y la salud humana. Gran parte de este incremento en las emisiones a la atmósfera es debido a la forma en la que generamos y consumimos la energía que usamos diariamente en nuestras actividades.

Nuestro sistema energético global tiene que pasar por importantes cambios; se requiere energía sustentable que sea confiable y que permita aumentar la competitividad de nuestras economías, así como proveer de energía asequible a los mas de 1.400 millones de personas que hoy en día no cuentan con acceso a electricidad en ciertos países en vías de desarrollo. En América Latina y el Caribe, más de 70 millones de personas viven sin electricidad, tanto en zonas rurales como urbanas, mientras que el 20 por ciento del total de la población aún utiliza energéticos tradicionales para la cocción de alimentos y calefacción, como la leña y el carbón[1]. También se requiere controlar el preocupante aumento de nuestras emisiones a la atmósfera que están afectando visiblemente nuestras economías con las cada vez más recurrentes sequías, inundaciones y heladas, y sus efectos negativos asociados.

Emisiones de CO2, en Marzo 2011[2]

Las energías renovables y la implementación de eficiencia energética pueden contribuir considerablemente a satisfacer estas necesidades. Sin embargo, estas tecnologías aún enfrentan serios obstáculos que hacen que su desarrollo y expansión en Latinoamérica requiera de la participación activa de varios actores, especialmente del sector financiero e inversionista.

La forma más efectiva de solucionar el problema de cambio climático es por medio de esquemas y modelos de negocio que sean rentables, autosostenibles y replicables.

Existen dos grandes factores que están impulsando el mercado y que están abriendo oportunidades de negocio en proyectos de energía sustentables en América Latina:

  1. Políticas, metas y regulaciones ambientales: Los gobiernos están reconociendo la urgencia de contar con políticas y marcos regulatorios que limiten el impacto ambiental y las emisiones que generan las energías convencionales y la actividad económica de diferentes sectores. En varios países de América Latina se están gestando e implementado diferentes iniciativas que buscan impulsar el uso de prácticas más sustentables, y que buscan hacer más eficiente el consumo energético y de recursos naturales.
  1. Seguridad energética: es un factor muy importante para el crecimiento y competitividad de cualquier país, industria y sector. El contar con energía confiable (sin falta de abastecimiento) y con precios competitivos es un factor fundamental para contar con crecimiento económico. La continua presión geopolítica y económica sobre los recursos petroleros han convertido al petróleo en un factor que pone en situación vulnerable a muchos países o a sectores económicos, y los gobiernos están invirtiendo en soluciones alternativas (como energía renovable y eficiencia energética) para reducir su dependencia (y riesgo) del petróleo.

Barreras de mercado

Una de las grandes barreras que enfrentan los proyectos de energías renovables es la falta de competitividad en el mercado contra las energías provenientes de hidrocarburos que cuentan con políticas que subsidian el costo de la energía convencional, o no se toman en cuenta los costos adicionales asociados al impacto ambiental que generan su explotación y uso. Mientras algunos gobiernos continúen con políticas de subsidios a la energía convencional sin tomar en cuenta factores de sustentabilidad y uso mas eficiente de la energía, continuará dificultándose el desarrollo de este sector.

Otra barrera importante es la falta de experiencia y conocimiento sobre estas tecnologías y la falta de visibilidad sobre las oportunidades de negocio que existen para los actores involucrados.

Con respecto a los clientes, los usuarios finales de energía normalmente no visualizan el costo energético como algo prioritario, o no están acostumbrados a invertir para hacer más eficiente el uso de energía, ahorrar. Por ejemplo, para una PYME es mas común que se prefiera invertir en expansión, nueva maquinaria, mobiliario nuevo u otra inversión aparentemente “prioritaria”, sin estar concientes de que probablemente invertir en eficiencia energética podría generarle ingresos adicionales (a partir de los ahorros) en un tiempo corto y con un riesgo relativamente bajo.

Asímismo, las instituciones financieras requieren llevar a cabo un esfuerzo adicional para entender el funcionamiento, los riesgos y las oportunidades de estas tecnologías. Es común que proyectos rentables sean rechazados por los departamentos de evaluación de crédito por el simple hecho de tener una percepción de que el riesgo tecnológico es alto. Se requiere un papel proactivo de las instituciones financieras para involucrarse en proyectos que mitiguen el cambio climático, y poder buscar las alianzas necesarias para poder desarrollar el mercado, crear las capacidades internas para evaluar este tipo de proyectos y desarrollar productos financieros que generen un valor adicional a la institución.

Un reto fundamental es encontrar aquellos nichos de mercado que presenten oportunidades de negocio rentables, y modelos de negocio con esquemas financieros que puedan poco a poco ir desarrollando el mercado de las energías renovable y eficiencia energética. Actualmente ya encontramos nichos de mercados en América Latina que tienen proyectos “verdes” que presentan rentabilidades atractivas, tales como los parques eólicos en México, los proyectos de eficiencia energética en Brasil o las Mini-centrales hidroeléctricas en Chile.

La importancia de la banca local

Como hemos mencionado anteriormente, un factor importante para el desarrollo de proyectos que mitigan cambio climático (la mayoría proyectos relacionados con energía) es el mejorar el acceso a la financiación de este tipo de proyectos, y en este sentido es fundamental el papel que debe de tomar la banca privada y la banca de desarrollo local.

La mayoría de las oportunidades en eficiencia energética y energía renovable que están surgiendo en América Latina son proyectos de pequeña y mediana escala – proyectos que requieren inversiones desde los cientos de miles de dólares hasta los $100 millones de dólares- y enfrentan grandes dificultades para ser financiados. Los proyectos de gran escala – mayores de $100 millones de dólares- cuentan con menos dificultad para tener acceso a financiamiento de mercados internacionales, dado que bajo estos volúmenes, la banca internacional puede absorber los costos transaccionales implícitos. Esto significa que los proyectos pequeños y medianos dependen en gran medida del financiamiento e inversión que puedan proporcionar las instituciones financieras e inversionistas locales (banca privada y banca de desarrollo), de otra forma estos mercados no van a poder desarrollarse y no van a poder llegar a ser competitivos. También es conveniente mencionar que la banca de desarrollo multilateral y bilateral ha jugado un papel muy importante en el desarrollo del mercado de las energías renovables y la eficiencia energética, pero no es suficiente para poder llevar a cabo los cambios que se necesitan para mitigar el cambio climático, y poder cubrir las necesidades energéticas, también se requiere de la participación activa de las instituciones financieras locales (banca privada y de desarrollo).

El financiamiento de los proyectos “verdes” presentan varias barreras, y es necesario que la banca de desarrollo trabaje muy de cerca con los bancos locales e inversionistas para poder incrementar el acceso a financiamiento. La banca de desarrollo tiene que desarrollar instrumentos que disminuyan el riesgo de inversión, y a su vez permitan incrementar el flujo de financiamiento privado para poder catalizar el mercado. La banca local es la que conoce el historial crediticio de los clientes, y cuenta con los recursos necesarios para apoyar a sus clientes en a la transformación hacia una economía verde.

Algunos de los instrumentos financieros que se requieren son:

  • instrumentos de mitigación de riesgo enfocados a disminuir la percepción del riesgo tecnológico
  • apoyo para la creación de fondos de capital privado que funcionen como generadores de proyectos y con capacidad financiera para poder apalancar las inversiones
  • fondos de garantía que disminuyan la evaluación de riegos tecnológicos
  • instrumentos de tipo “Project finance”

Además se requiere de una serie de mecanismos no financieros que vayan encaminados a disminuir las barreras, tales como construir las capacidades y crear conciencia sobre las grandes oportunidades de negocio que representan las inversiones “verdes”, o apoyo a los desarrolladores de proyecto para fortalecer las prepuestas de inversión para poderlas hacer mas atractivas para los inversionistas.

El desarrollo de proyectos “verdes” y el fortalecimiento del mercado requieren la implementación de una estrategia integral donde se involucre y coordine a los actores clave: los proveedores de tecnología, las empresas de ingeniería y contracción, los clientes o usuarios de la tecnología, la banca de desarrollo, y la banca local.

En el 2011 las inversiones en energía renovable y eficiencia energética alcanzaron los $260.000 millones, un incremento del 5% con respecto al año anterior, y un incremento del 30% con respecto a la inversión de $186.000 millones del 2009 donde los países en América Latina tienen una participación modesta. Del año 2006 al año 2011 se han invertido en Latinoamérica alrededor de 90.000 millones de dólares en energía sostenible, la mayoría provenientes de Brasil seguido de México y Chile .

Inversión global en energía sustentable del 2004 al 2011

De acuerdo al UNFCCC, se requieren 700.000 millones de dólares por año para poder controlar el cambio climático. Si dividimos esta cantidad de acuerdo a las emisiones que genera cada región, en América Latina se genera 5,5%, esto quiere decir que se requieren US$ 38.500 millones por año, por lo que el reto es importante durante los siguientes años. La inversión en Latinoamérica en el 2010 alcanzo los 13.000 millones de dólares y en el 2011 decreció a 9.400 millones de dólares.

Más allá de impacto ambiental y los beneficios que representan la energía renovable y eficiencia energética, estos pueden representar una oportunidad estratégica de negocios para las instituciones financieras locales, que puede significar nuevos mercados y generación de nuevas fuentes de ingresos.

[1] Situación de los Mercados Energéticos de América Latina desde la Perspectiva de la Regulación y las Políticas de Competencia. Ana María Alvarez y Marina Bidart 2007

[2] Original data file posted by NOAA on Wednesday April 6, 2011. http://co2now.org/