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La Declaración de la Tierra sobre el acuerdo climático 2015


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 Coincidiendo con el Día de la Tierra, este 22 de abril, un grupo de 17 científicos destacados dieron a publicidad una declaración indicando ocho elementos esenciales que debieran ser considerados en un nuevo acuerdo sobre cambio climático cuya negociación se concluiría en París a finales de este año.

Por Hernán Carlino

Especialista en Política Climática. 
Coordinador del Centro de Estudios en Cambio Climático Global - FTDT

 

El grupo de académicos que integran la Liga de la Tierra  (http://www.theearthleague.org/), entre los que se cuentan los latinoamericanos Mario Molina de México y Carlos Nobre de Brasil, sostienen que  el 2015 es el año de la oportunidad, pues los líderes políticos se reunirán tres veces este año en encuentros claves que pueden permitir fijar un rumbo para las próximas décadas.

Así, en julio de 2015 los jefes de estado están convocados para debatir acerca del Financiamiento para el Desarrollo. Luego, en septiembre, deberán adoptarse las Metas de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Finalmente, en diciembre de este año, los países se reunirán para culminar la negociación de un nuevo acuerdo climático global. Esta tríada de conferencias en un solo año podrían constituir un legado para las futuras generaciones, de adoptarse las decisiones apropiadas sobre estos asuntos.

Más aún, la Declaración sostiene que si no hubiera consensos que permitan enfrentar el cambio climático, las metas de desarrollo sostenible y el bienestar presente y futuro de las ciudadanos del mundo estará amenazado.

Por estas razones, la declaración enuncia ocho requisitos -que a continuación se transcriben-, que los científicos que integran este grupo, consideran esenciales en el acuerdo climático cuyo texto se está elaborando en estos meses:

  1. Los gobiernos deben llevar a la práctica su compromiso de limitar el aumento de la temperatura global a 2°C hacia el 2100, aunque debiéramos tener como objetivo estar por debajo de ese límite todo lo que sea posible.
  1. Respetar el presupuesto global de carbono remanente que equivale a 1000 Gt de CO2 (el límite de lo que todavía podemos emitir en el futuro), para tener una chance razonable de mantener el límite de 2º C, lo que implica dejar “al menos tres cuartas partes de las reservas conocidas de combustibles fósiles bajo la tierra”.
  1. Una meta de largo término articulada con robustos compromisos nacionales, lo que incluye determinar un precio para el carbono y la posibilidad de expandir la ambición en la mitigación a partir de revisiones periódicas son elementos esenciales del acuerdo que permita transformar la economía, siguiendo un sendero de profunda “descarbonización” que se inicie inmediatamente y “conduzca a sociedades de carbono cero al 2050“.
  1. La equidad es crítica en un acuerdo que incluya a todos los países, así como lo es preservar el derecho al desarrollo de los países menos desarrollados. Por ende los países más ricos y las industrias más avanzadas deben liderar el proceso de transformación hacia la descarbonización que debiera ser lograda en esos casos bastante antes del 2050. El financiamiento climático internacional y el acceso a la tecnología son elementos críticos para la participación de los “países en desarrollo y emergentes” cuyos planes debieran ir más allá de lo que estos puedan lograr por si solos, beneficiándose así del salto hacia economías sostenibles.
  1. Debe propulsarse una ola de innovación climática y facilitar el acceso a las soluciones que ya existen. El desafío sin precedentes del cambio climático exige también “avances tecnológicos sin precedentes” en sistemas de energía bajos en carbono, en el uso sostenible de la tierra, así como el fortalecimiento de capacidades “para mejorar el acceso de aquellos más necesitados”.
  1. Es necesaria una estrategia global para reducir la vulnerabilidad, fortalecer la resiliencia y atender los daños y las pérdidas de los impactos climáticos en los países en desarrollo, incluyendo para ello el soporte y la acción colectiva.
  1. La salvaguarda de los sumideros de carbono y de ecosistemas vitales, fortaleciendo la resiliencia de los ecosistemas naturales y manejados, pues “desmontando los bosques y degradando los pastizales y los sistemas acuáticos es como eliminar a nuestro mejores aliados en la lucha contra el cambio climático”.
  1. Deben elevarse las escalas y asegurarse nuevas fuentes financiamiento climático para los países en desarrollo para permitir una rápida transición hacia economías de carbono cero y resilientes al cambio climático. El financiamiento público para la mitigación y la adaptación debe alcanzar “al menos un nivel comparable” con la corriente asistencia global para el desarrollo (que representa alrededor de 135 mil millones de dólares estadounidenses por año). El sector privado debe ser urgido a contribuir con montos sustancialmente más elevados y debe permitir la migración a inversiones que sean amigables con el clima.

La Declaración de la Tierra agrega que en el 2015 aún es posible preservar el desarrollo humano y tener un buen futuro climático, lo que representa una obligación moral y es, a la vez, en el interés propio.

La trayectoria de transformación, afirma la Declaración, es tal que brinda oportunidades, progreso e inclusión. Por ello se trata de una oportunidad demasiado buena como para dejarla pasar.

(Para ver la Declaración de la Tierra, visite http://earthstatement.org/)