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Cumbre climática en París: masiva presencia de líderes globales y numerosas cuestiones por resolver

Reporte desde París sobre el desarrollo de la COP21 Ver más

Por Hernán Carlino
Especialista en Política Climática
Investigador del Centro de Estudios en Cambio Climático Global - FTDT

Las declaraciones de más de 150 jefes de Estado y de gobierno que participaron del inicio de la cumbre parecen haberle conferido una energía adicional al comienzo de las sesiones.

Su presencia supuso un intento de acortar rápidamente las diferencias entre las Partes en cuestiones críticas y acelerar las negociaciones desde un principio. Se esperaba que en ese marco los decisores de alto nivel definirían con claridad los límites de lo que pudiera acordarse y pudieran acercar posiciones en los puntos donde se verificaran las mayores diferencias.

Es, pues, en el Grupo de Trabajo Especial sobre la Plataforma de Durban para la Acción Reforzada (GTE-ADP) que se concentran ahora las miradas, pues allí debería dirimirse el texto del acuerdo sobre el que se viene trabajando desde hace ya meses. La influencia de los decisores de alto nivel, sin embargo, puede no haber durado lo suficiente para acelerar la dinámica propia de ese GTE.

Para poder elaborar el texto, siguiendo la práctica ya utilizada en anteriores sesiones, el GTE ha generado varios otros grupos que se escinden para considerar partes especificas del texto (spin off groups, según la denominación adoptada) y grupos “informales, informales” que luego reportan a los co-presidentes del GTE, a la vez que este grupo de contacto continúa discutiendo párrafos que no han sido asignados a aquellos grupos escindidos con un propósito específico. Esta compleja dinámica aparece no obstante tensionada por las distancias que aún subsisten entre las posiciones de las Partes. Algunos países están proponiendo agregar nuevo texto al que ya está en discusión, lo que revela que aún es necesario conciliar posiciones en diferentes temas, aunque el número de los que persisten pueda estar siendo muy trabajosamente reducido. Entre ellos como habrán de ser tratadas las contribuciones previstas y determinadas nacionalmente y como podrán ser revisadas y mejoradas ocupa un lugar no menor.

El tercer día de negociaciones, el miércoles 2, el grupo de trabajo sobre la Plataforma de Durban se reunió durante todo el día, y a fines de la tarde hubo una sesión dedicada a evaluar el progreso logrado hasta aquí. Los grupos escindidos e informales se reunieron para trabajar entre otros sobre temas como mitigación, adaptación, transparencia, financiamiento, fortalecimiento de capacidades desarrollo y transferencia de tecnología, implementación y cumplimiento, y sobre los asuntos correspondientes al periodo pre-2020.

Al mismo tiempo se reunieron el plenario de la COP 21, el plenario de la Conferencia de las Partes como Encuentro de las Partes del Protocolo de Kioto (CMP 21), y los Órganos Subsidiarios, en un Foro y Programa de Trabajo sobre Medidas de respuesta.

Las múltiples reuniones en paralelo apenas dan respiro a las delegaciones menos numerosas, cuyos miembros tratan de atender los diversos asuntos bajo consideración sin perder de vista aquellos que son claves para sus países.

El éxito o el fracaso de la cumbre depende en última instancia que el texto del acuerdo pueda concluirse a tiempo y de manera satisfactoria, o, tal vez, de que se decida incluso continuar la negociación el año entrante.

Pero también dependerá de cómo sean evaluados los resultados, a la luz de las expectativas que se habían creado. Un acuerdo muy general, poniendo énfasis en los principios y en las metas, pero que no especificara como habrían de lograrse, no sería capaz de contribuir a poner en acto la legislación nacional ni entregar las orientaciones necesarias para que los actores sociales y económicos decidan cambiar sus patrones habituales de funcionamiento y haría más difícil aun su ratificación parlamentaria.